5 de agosto de 2013

El maratón

El objetivo de la vida, o al menos así lo veo desde mi humildísima trinchera es irse marcando metas; grandes, pequeñas o chirriscuísmetas diarias que marquen la diferencia entre lo que éramos ayer y lo que somos ahora. No hacerlo es como voltearle el pico pal cielo a la vida. Tan grande oportunidad es la de vivir, y desperdiciarla en que nos lleve la corriente como al amigo camarón, no se me hace oportuno ni justo con nosotros mismos, cuantimenos con los demás. Uno no puede saber cuánto va a andar en este mundo y en qué condiciones, así que hay que disfrutar lo más y apachurrarle el jugo a la vida como frutsi congelado de la secu. A mis treintaytantos años me sabe más el día hoy que antes, claro que para eso tuve que pasar por unos buenos cates y baches, unos si parecían que eran alberca olímpica y para como tengo la condición física estuvo peludo salir de ahí, y supongo que todavía me faltarán otros tantos que harán mi vida más jocosa.

Pero bueno queridísm@ lector@, va a creer que su servilleta ya se está chutando unos tequilas y anda reflexiva y filosófica, un poco sí, un poco no, ustedes disculparán pero es que acaba de ser mi cumpleaños y ando con las ideas alborotadas. Pero "a lo que te truje chencha", les presento lo que hace unas semanas diseñé: Elementos (banderines, meta, contador y números de playeras) para el cumpleaños 40 del esposo de mi clienta, el cuál es corredor de maratones y de ahí que ella eligió hacerle la fiesta sorpresa temática. Aquí se los dejo.